Seguimos con la campaña «VOCES QUE TRANSFORMAN». El objetivo de esta iniciativa es dar voz a través de video o texto, a personas con Distrofias Hereditarias de Retina para  visibilizar y sensibilizar sobre las diferentes realidades a las que se enfrentan las personas que viven con una DHR.

Hoy traemos el primer testimonio escrito, de la mano de María. Hace unas semanas, subimos una publicación invitando a personas afectadas a que nos contasen si alguna vez se habían sentido tratados de forma injusta por su discapacidad visual, el testimonio que vais a leer/escuchar, versa sobre la experiencia de Marta como opositora:

En 2021 me presenté por primera vez a unas oposiciones. Fueron las primeras convocadas después de la pesadilla del Covid, y había bastantes medidas sanitarias. Por ese entonces mi retinosis ya estaba bastante avanzada, pero solo me afectaba especialmente de noche y en lugares con poca luz. Ya cuando hice la primera prueba tuve que pedirle a la presidenta del tribunal que encendiese la luz de la sala (eran las 9 de la mañana, pero para mí la claridad era insuficiente), porque me costaba mucho ver el examen y mi letra; no era una persona especialmente simpática o empática, pero después de un pequeño rapapolvo por su parte y de pedir el consentimiento al resto de aspirantes, conseguí que encendiese la luz.

Poco antes de volver a la localidad para leer mi examen, me informan de que, por motivos de seguridad sanitaria, este no se leería desde mi propio folio, sino que lo escanearían y proyectarían sobre una pared con un proyector. Sabía que ese contraste me iba a afectar para la lectura, así que avisé a mi sindicato y ellos me indicaron qué hacer. Envié un escrito formal informando de mi problema y rogando posibles alternativas. Nunca recibí contestación, pero desde la Junta se me aseguró que había sido leído y tenido en cuenta.

Día de la lectura. Me llaman, y al entrar en la sala (otra vez casi en penumbra para mí), veo ya mi examen proyectado en la pared. Le pido al tribunal que me deje leer desde mis propios folios, pero al principio se niegan. Les explico que previamente he avisado a la Junta y que se me confirmó que se tendría en cuenta; ellos me dicen que los trámites administrativos no son su competencia. Me empiezo a poner nerviosa. Sé que he hecho un examen decente (finalmente aprobé), y que no me dan la oportunidad de demostrarlo, así que vuelvo a insistir. Un miembro del tribunal se levanta y enciende la luz, y me pregunta que si con eso es suficiente. Le vuelvo a explicar mi problema. Me da una crisis de ansiedad y me echo a llorar. Tras unos diez minutos de «debate» entre todos, y miles de preguntas personales, acceden a que lea el examen desde mi folio.

Espero que mi testimonio os haya servido, un beso fuerte a la Federación y a todas las personas afectadas por una DHR.

María,


Como veis el testimonio de María, refleja la importancia de que se visibilicen las dificultades de las personas con baja visión o ceguera (derivadas o no de una DHR). Si tu también quieres contar tu realidad viviendo con una DHR, no dudes en contactarnos en: farpe@retinosisfarpe.org

¡FELIZ JUEVES A TODOS!