Se celebra en La Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) durante los días 11-13 de noviembre de 2024.
El evento «The Brain and The Chip 2024» reúne a expertos y líderes en el desarrollo de interfaces neuronales intracorticales con el objetivo de fomentar la colaboración y el intercambio de conocimientos en esta tecnología innovadora.
Las interfaces intracorticales tienen el potencial de transformar el tratamiento de condiciones neurológicas y mejorar la interacción entre humanos y máquinas.
Durante la reunión, investigadores, médicos y especialistas de áreas como neuroingeniería, interfaces cerebro-computadora, inteligencia artificial y neurocirugía explorarán los avances en interfaces que podrían restaurar la visión en personas ciegas, recuperar habilidades motoras y sensoriales en pacientes con parálisis y decodificar el habla intentada en personas con parálisis.
El evento busca promover el diálogo interdisciplinario, abordar las necesidades clínicas, presentar investigaciones recientes y diseñar estrategias para los desafíos de este campo. Además, se apoya a la próxima generación de investigadores, facilitando el acceso de estudiantes mediante el financiamiento de su transporte y alojamiento.
David Sánchez González ha asistido a este evento para dar su punto de vista en una de las mesas y representar a FARPE. Además, hemos tenido la oportunidad de grabar brevemente su intervención en inglés que os dejaremos al final de esta noticia, no sin antes dejaros un breve resumen en español de esta intervención:
Resumen del video:
En este evento, Scott Imbrie de Chicago, Illinois, y David Sánchez de FARPE (Federación de Asociaciones de Distrofias Hereditarias de la Retina), comparten sus experiencias sobre la investigación científica y sus vivencias relacionadas con enfermedades y tratamientos.
Scott, quien sufrió un accidente en 1985, comenzó a investigar sobre lesiones en la médula espinal y ahora controla un brazo robótico con su cerebro, lo que le ha permitido tener una nueva perspectiva sobre la ciencia y la investigación.
En su caso, la investigación está estudiando cómo su cerebro funciona al controlar el brazo robótico con retroalimentación sensorial.
Por otro lado, David Sánchez nació con una enfermedad de la retina hereditaria llamada retinosis pigmentaria.
Aunque en su juventud su vida fue normal, la pérdida progresiva de la visión le llevó a dejar de conducir y leer, hasta que perdió casi toda su visión. David ahora lidera FARPE entre otras organizaciones y se dedica a fomentar la investigación en este campo, agradeciendo a los científicos por su trabajo, aunque reconoce que aún falta mucho para encontrar soluciones generales para todas las mutaciones genéticas que causan estas enfermedades. También destaca la importancia de una comunicación cercana entre pacientes, investigadores y cuidadores.
En la segunda parte del video Scott menciona que al unirse a un estudio sobre brazos robóticos, comprendió lo importante que es recuperar la independencia en tareas diarias como comer o vestirse. Resalta que el propósito de esta investigación es proporcionar a las personas con discapacidades mayores oportunidades de autonomía, lo cual puede transformar significativamente su calidad de vida.
David, por otro lado, comparte su optimismo sobre los avances científicos en tratamientos para enfermedades raras, a pesar de no ser candidato para ciertas terapias debido al progreso de su enfermedad. Destaca que hace 20 años apenas existían ensayos clínicos para condiciones como la suya, pero ahora hay muchos más, lo que lo hace optimista sobre el futuro.
Por otro lado, Avi, un investigador, plantea una pregunta sobre cómo facilitar más investigaciones no solo para curar enfermedades, sino para preservar ciertas condiciones que permitan que las personas sean candidatas a futuras terapias. La respuesta resalta el progreso en los ensayos clínicos y la importancia de continuar apoyando la investigación, incluso si algunas terapias no funcionan para todos en el presente.
Finalmente, se menciona la dificultad de medir el impacto de los dispositivos o tratamientos en términos de calidad de vida y la importancia de considerar no solo la capacidad de volver al trabajo, sino también el impacto psicológico y emocional de recuperar funciones como la visión o el uso de extremidades. La administración de estos avances requiere un balance entre los beneficios individuales y la productividad social, lo que puede generar tensiones en la toma de decisiones.