Estudios clínicos recientes han publicado las pruebas que se han realizado con la implantación de parches de células madre embrionarias diferenciadas para el tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad.
Los principales protagonistas de estos ensayos son Peter Coffey, de la universidad de California en Santa Bárbara, y Amir Kashani, de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. Ambos estudios están en fase I, pero representan una esperanza real en la medicina regenerativa de la retina, así como un firme y gran paso adelante de una tecnología que desde hace 20 años ha tenido que superar multitud de escollos tanto técnicos como bioéticos.
Este ensayo tenía como objetivo investigar si las células retinianas enfermas de la parte posterior del ojo afectado por degeneración macular asociada a la edad (DMAE) podían reabastecerse gracias a un implante en forma de parche de células madre embrionarias Denominado hESC-RPE desarrollado por este equipo de investigadores, comprobando y demostrando la viabilidad y seguridad del trasplante de este implante como estrategia regenerativa para esta patología.
El estudio implicó a dos pacientes con DMAE exudativa grave. Uno de ellos, un hombre de 86 años, recuperó la visión de un ojo, que tenía totalmente perdida, y mejoró la del otro ojo. El otro paciente, una mujer de unos 60 años, que sufría una versión más grave de esta enfermedad, mejoró significativa aunque lentamente su visión en el año transcurrido desde la intervención.
El proceso se llevó a cabo exitosamente, sin incidencias, y los dos participantes fueron monitorizados durante 12 meses para evaluar las posibles complicaciones, la supervivencia del implante y las mejoras visuales experimentadas. Transcurrido ese año se ha observado la supervivencia del parche de RPE por biomicroscopía y tomografía de coherencia óptica, así como un aumento de la agudeza visual de 29 y 21 letras en los dos pacientes, respectivamente, pudiendo pasar de no poder leer en absoluto, incluso con gafas, a leer de 60 a 80 palabras por minuto con gafas de lectura normales.
El objetivo es tener un tratamiento de fácil aplicación, asequible y homologado para dentro de cinco años, lo cual forma parte de un gran proyecto de lucha contra la ceguera.
La terapia que se pueda desarrollar a raíz de estos ensayos clínicos estará destinada a pacientes que padecen una grave pérdida de visión por degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en sus versiones seca y húmeda.